Me refiero a mi actividad como médico en Coronel Suárez, para atrás lo que hice y para adelante lo que quiero ser y hacer como médico de niños, que es como me gusta a mí considerarme, médico de niños, más que decir especialista en pediatra o especialista en neonatología. Ser médico de niños es más amplio y me remonta al Hospital de Niños de la Plata a finales de los setenta, lugar que fue donde aprendí la mayoría de los principios asistenciales, éticos y morales.

Tuve la dicha de tener muchos maestros a los que intenté copiar, con ellos y con lo propio mío me construí me creé, me inventé y armé con muchas piezas como si fuese un rompecabezas, así tengo mi propia forma de trabajar, así funciona mi mente y mis pensamientos cuando estoy atendiendo un niño sano o enfermo. Yo soy mi propia herramienta de trabajo. El pensamiento es muy importante en la practica médica.

Pero quiero adecuar mi forma de trabajo al marco de un nuevo paradigma de la atención médica utilizando las modernas herramientas que tenemos a nuestro alcance. Esta forma de trabajo, tendrá, como si fuese una persona “sentimientos” “creencias” “pensamientos”, tendrá una personalidad que estará conformada por principios, valores, metas, una visión y una misión en la comunidad.